Rompo mi silencio y mi vagancia, porque me remuerde la conciencia, la mía y la social, hoy un hombre está más para allá que para acá por ser y comportarse como un ciudadano, un ciudadano como deberíamos ser todos, pero no lo somos, y él si, y está mal, muy mal.
Hoy Ernesto Neira sigue en estado crítico, nada se sabe sobre su posible recuperación, y en estos momentos, la palabra recuperación pasa por recuperar a un miembro valiosísimo para la sociedad, imprescindible, diría yo y no solo como persona o individuo.
Pero amigas, amigos, el silencio de la suciedad sociedad, el silencio de las mujeres y el silencio de las personas maltratadas es hoy vergonzoso, y permitidme que añada que es cómplice, y muy revelador del estado real en el que nos encontramos socialmente hablando, estamos muy muy atrasados y estamos llenos de mierda, amigas mujeres, maltratadas y feministas, nosotras las primeras.
No hablo de convertirlo corazón corazón en el adalid, en figura mediática de telebasura.
Hablo de mostrar nuestro respeto, condolencia y defensa, hablo de interés, hablo de calor a su familia, por el lamentable suceso que, a su pesar, protagonizó defendiendo aquello en lo que creía, que es no permitir violencia sobre el débil.
Me pregunto una y mil veces… Cómo se sentirá la señora Neira? Unamos al dolor, injusticia e impotencia, nuestro vacío, y las declaraciones de la presunta elementa víctima que ni se ha preocupado por ella, por ellos, como nosotros, no somos tan distintos en el fondo. Ella está sola con su dolor, tragándose la injusticia y comiéndose la impotencia, demasiado para una persona sola. Me gustaría enviarle mi cariño, mi respeto y mi admiración, y me gustaría hinchar a hostias al hijoputa que les ha llevado a esta situación y a su parienta, pero no lo hago, por educación y respeto, me enseñaron a respetar, como a Neira, pero él hoy está en estado crítico por querer dialogar con las palabras, en vez de con los puños.
Me pregunto cómo se sienten los servicios y las asociaciones de ayuda a las maltratadas, me pregunto cómo se pueden sentir todas esas maltratadas viendo lo que le puede pasar a alguien que las defiende, un hombre, para mayor ironía. Me pregunto para qué coñes valen las campañas, la concienciación, la educación anti violencia, si a las primeras de cambio lo echamos todo por la borda y le perdemos el sentido.
Me he enterado tarde, de que a la presunta elementa víctima ya la han llevado a un programa de basureo marujil. Perdonen ustedes un momento, que voy a vomitar.
Y tarde me he enterado del fenomenal artículo publicado en El País, donde exponen algo parecido a lo que siento, a la vergüenza que siento, a la insoportable vergüenza que siento ante este asqueroso silencio cómplice.
Y más tarde he leído que una mujer ha pegado a los policías que detenían a su pareja cuando precisamente la estaba agrediendo y violando una orden de alejamiento en su propio hogar (Hay o no que joderse?¡)
Nuestro silencio crea monstruos que luego no sabremos manejar. Mañana puedes ser TU.
Cómo se sentirá la señora Neira?
LaMalaWP 