Huele a tu nombre

El otro día pasé por la calle que lleva tu nombre, me paré delante del bar con tu nombre, me tomé un café de tu nombre, pagué al camarero que se parece a ti.
Seguí por la avenida de tu olor, por la acera de tu risa, por el parque de tu sombra, arranqué la flor que tanto te gustaba.

Hay una librería donde estaba tu libro y lo volví a comprar, lo arropé con mis brazos por ver si podía sentir un poquito de tu calor.

Sigo escuchando tu música, oliendo tu colonia, poniéndome tu pijama, tomando el mismo café, abrazando a tu gato, encendiendo tu cigarro, que sabe a ti.

Me dijeron que en la tienda de especias ahora han puesto una consulta, de un dentista, creo, no escuché más, no quise más que recordar cuando me engañabas y me hacías pedir alguna cosa rara que no existía y tu te reías de nosotros cuando Luis se afanaba en buscarla incluso por internet, vaya par de bobos!

Luego me siento en la ventana al lado del jazmín, aún da flores, sabes? Es increíble a estas alturas del año, todos los atardeceres me regala su pequeño milagro y le hago los honores, como un ritual que solo conocemos él y yo.

Edito y comparto el enlace que reúne todos los relatos participantes en la iniciativa Divagacionistas de este mes, enjoy it pero mucho 😀 https://medium.com/divagacionistas/olores-d09b875dc25b#.ejdbl6ldw